En general, el Test de Esfuerzo es seguro, especialmente cuando se realiza bajo la supervisión de personal médico capacitado. Sin embargo, como cualquier actividad física intensa, existe un pequeño riesgo de complicaciones, como arritmias cardíacas o una respuesta cardiovascular desfavorable. Por esta razón, es importante realizar el examen en un entorno médico controlado y con monitoreo constante.