La densitometría ósea sirve para el diagnóstico de la osteoporosis, principalmente en mujeres postmenopaúsicas según criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para su seguimiento y para la valoración del riesgo de fractura.
En la actualidad también está indicada en hombres mayores y en todas aquellas enfermedades o tratamientos que pueden aumentar la fragilidad ósea (anorexia nerviosa, tratamientos con quimioterapia, tratamientos con glucocorticoides).
Las zonas que se pueden valorar son: la columna lumbar, la cadera, el antebrazo y el cuerpo entero. El análisis del cuerpo entero permite, además, la cuantificación de la grasa corporal y su distribución.
También puede realizarse una imagen lateral de la columna torácica y lumbar para una posterior identificación y análisis de posibles fracturas vertebrales (Vertebral Fracture Assessment, VFA).